Volvamos a nuestro análisis del Presidente libertario de Argentina.
- En la Parte 1 de esta serie, mostré cómo Javier Milei ha hecho un gran trabajo reduciendo la carga del gasto público.
- En la Parte II, investigué hasta qué punto podría mejorar la clasificación de Argentina en Libertad Económica del Mundo.
- En la Parte III, compartí los datos de gasto del gobierno central para revelar que Milei ha sido sobresaliente en lugar de simplemente impresionante.
Para la columna de hoy, voy a echar un poco de agua fría sobre el entusiasmo señalando algunos obstáculos importantes que todavía existen.
Empezaremos con este gráfico que compara el número de «hacedores» y «tomadores» en Argentina. Como se puede ver, hay 8 millones de contribuyentes del sector privado en el país y se espera que apoyen a 20 millones de personas que viven del gobierno.

La actuación de Milei ha sido espectacular hasta ahora, pero su capacidad para resucitar a Argentina será limitada si no puede alterar esa preocupante proporción de más de 2 personas montadas en el carro por cada 1 persona tirando del carro (como se muestra en este conjunto de viñetas).
Veamos ahora un segundo gráfico para entender mejor por qué se le hace cuesta arriba. Estas cifras proceden de un artículo de Iván Cachanosky, economista argentino (también es la fuente del gráfico anterior). Muestra cuánto se subvenciona a los consumidores por sus compras de servicios públicos y transporte público.

La buena noticia es que Milei redujo los subsidios a principios de año (el cambio entre may-24 y sep-24).
La mala noticia es que los contribuyentes siguen pagando más de la mitad del coste de la energía y el gas y más de dos tercios del coste del transporte.
No sé si Milei tiene autoridad ejecutiva para reducir aún más los subsidios o si necesita la aprobación de los peronistas que controlan la legislatura.
En cualquier caso, hay dos razones por las que no sería fácil quitarle los subsidios a la gente:
- La eliminación de los subsidios se traduciría en un aumento de los precios, lo que debilitaría el argumento favorable a Milei de que ha vencido a la inflación.
- La eliminación de los subsidios también podría provocar protestas públicas (el movimiento que dio lugar a un presidente de izquierdas en Chile comenzó como protestas contra una subida de las tarifas del transporte público).
En otras palabras, aunque Milei tenga poder ejecutivo, probablemente deba ser prudente en cuanto a la rapidez con la que comunica a la gente que los contribuyentes ya no van a subvencionar sus compras de servicios públicos y transporte.
En resumidas cuentas, los votantes recompensarán a Milei si produce un giro económico. Y sabemos que sus políticas darán buenos resultados. Pero la cuestión pendiente es con qué rapidez se materializarán esos resultados positivos. El destino de Argentina pende de un hilo.